El juego desarrolla la imaginación, aquí los más pequeños del Instituto Enrique de Ossó disfrutando de una sesión de juegos simbólicos.
Los juegos simbólicos son una experiencia vital en la infancia, que hace posible transformar, crear otros mundos, vivir otras vidas, jugar a ser otros. De esa manera aprenden a pensar y sentir como los otros y en conclusión aprenden que existen formas de pensar y sentir diferentes a las propias. Los niños aprenden a expresar sus sentimientos.
Estos juegos ayudan a que los niños desarrollen sus habilidades cognitivas y lingüisticas. Además, entre otros puntos importantes, los niños pueden expresar sus miedos, fantasías y situaciones que les preocupan. Desarrollan la conducta prosocial de ayudar y preocuparse por los demás.